...Parafraseando a Barthes, todo un sistema de signis articula nuestro deseo. Por ejemplo: yo puedo expresarte mi amor, pero no puedo exigírtelo. Yo puedo intentar seducirte, pero no puedo forzarte a responderme. Yo puedo sentir celos de tí, e incluso puedo expresarlos, pero no puedo exigirte que dejes de causármelos. Yo puedo besarte y a veces incluso puedo hacerte el amor, pero no puedo pedirte que me correspondas. Yo puedo darte lo que se me antoje, pero no puedo esperar nada a cambio...¿Y tu? Tú posees una sola prohibición. Lo curioso es que no te la he impuesto yo, sino tú misma: puedes hacer lo que quieras, absolutamente todo lo que quieras, excepto una cosa: ceder a mi voluntad de romper este maldito acuerdo. Fragmento de el fin de la locura de Jorge Volpi |
Publicadas por alicia a la/s 6:29 p.m.
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