Sebastián me leyó un cuento. El cuento me hizo llorar.
Sebastián me prestó su cuento y aquí está el cuento de Sebastián:
El castor
Por Sebastián González Vázquez
Era un árbol, pero eso fue hace mucho tiempo…ahora es papel.
Y va hacia Japón
Una persona lo compró, y lo empezó a doblar.
Primero, parecía un perro, luego un gato, después una rata, luego un elefante, pero al último parecía un castor. Y eso era. Un castor blanco.
La más mínima ráfaga de viento, lo tumbaba. Se escondía de la lluvia y los otros castores se burlaban, por ser de papel y blanco.
Bueno, hasta que consiguió a un amigo. Un pájaro de papel blanco. Y se hicieron grandes amigos.
FIN
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