Tom Waits en mis ojos y orejas. Mis ojos y orejas en Phoenix. Phoenix en Arizona

Observar a Tom Waits en un teatro histórico de Estados Unidos de Norteamérica es difícil por las pocas ocasiones en que el músico hace giras, por la lejanía de mi lugar de residencia y por que hay pocos teatros de ese tipo en ese país.

El 18 de junio, viajar hasta Phoenix, Arizona a ver el segundo concierto de la gira PEHDTSCKJMBA fue, además de un logro, un verdadero placer auditivo y visual. Escuchar el playlist (Lucinda/ Down in the hole/ Falling Down/ All the World is green/ Misery´s the river of the World/ Day alter tomorrow/ Sins of the father/ Trampled rose/ Metropolitan glide/ Dead and lovely/ Cementery polka/ Dirt in the ground/ Hoist that rag/ A little rain/ Innocent when you dream/ Lost in the harbour/ 16 shells/ Jesus gonna be here/ November/ Eyeball kid) conformado por 20 canciones de distintas épocas musicales de Waits, fue además de gratificante, educativo. El músico es un verdadero director de orquesta, que utiliza todos los recursos que le rodean para modificar o enriquecer las canciones.

Hay que hacer notar, que la alineación de músicos que acompañan a Waits, es nueva (a excepción de Casey Waits en las percusiones) por lo que todos ellos, en algún momento del concierto, fueron interrumpidos por Waits para cambiar o corregir lo que estaban ejecutando. La alineación (Larry Taylor en el bajo, Omar Torrez en la guitarra, Patrick Warren en los teclados, Casey Waits en las percusiones y Vicent Henry en los alientos) se notaba nerviosa mientras el concierto sucedía, pero sobre todo, estaba sumamente concentrada en las indicaciones del front man quien improvisó a su antojo durante las canciones. Eso sí, siempre señalaba a los músicos cuando había alguna, aunque no siempre se lograron como él las planeaba…de ahí que el concierto fuera interrumpido en algunas ocasiones para señalarles las modificaciones pertinentes. En alguna de las interrumpciones Waits dijo: “I invited this band from detroit...It was cheaper”.

En otro momento del concierto, Waits comentó que hacía 25 años que no tocaba en Phoenix, y que en aquella ocasión, borracho había ido hasta Gila Bend a comprar pan y Bolonia. Cosas que le encantaron, y que entonces, cada vez que tiene ocasión, viaja hasta Gila Bend a comprarlos. Luego de tocar el piano, el piso, las botas, la guitarra, al público y a sus cuerdas vocales, Waits nos iluminó con un reflejo de luces desde su sombrero de copa, tapizado en espejos. También nos iluminó con un concierto efectivamente entrañable, educativo, gozoso, nutrido y sobre todo: feliz.

miércoles, septiembre 17, 2008

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